martes, 24 de agosto de 2010

AMOR SUCO




Te miro y navego en tu mente, tratando de mirar los colores de tus ojos. Veo el verde gato de tus pupilas, el blanco leche de tu rostro y las pecas color papa en tu piel. Escucho ese acento campesino que matizas con sensualidad.


Pienso como pedirte lo que no se pide, pero no se me ocurren más que unas pocas palabras, paso del como al donde, quizá en algún pasto de tus dominios donde el frío del cerro nos acompañe, donde nuestros besos puedan correr y nuestros cuerpos puedan jugar, a lo mejor en tu hogar de adobe. El donde es lo de menos, el con quien es lo que importa.

Tu figura comienza a dibujarse en la oscuridad de mis ojos, tus senos desconocidos por mis manos pero si admirados por mi ego, se imprimen en mi recuerdo. Tu cintura moldea y disimula tus escasas caderas, y tus botas, cafés y de cuero, acompañan al color de tu cabello, contrastándolo con el liso de tus manos.

Tengo tu imagen, el lugar y más las gana, pero no la realidad, porque mis palabras en tus oídos, vuelan como un buitre que carcome tu inocencia. Tengo poco pero quiero más, quiero tu carnosa espalda, pero no tu esquelético amor.